El Ayuntamiento y Diputación dan a conocer sus publicaciones en la Feria hoy

El deporte tiene cabida un año más en la Feria con la presentación del periodista cacereño Javier Ortiz

Carmen Ceballos.La Feria del Libro de Cáceres ha comenzado ya su recta final. En la mañana de hoy la caseta de autores ha acogido la presentación de sexto Certamen de Cuentos y Leyendas de Cáceres. Premio ‘Antonio Rubio Rojas’, que convoca la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cáceres. Además, el Concejal de Cultura, Laureano León y el editor de El País Literario, Francisco de Borja, han dado a conocer el primer volumen que recoge la publicación de los ganadores, accésit y finalistas de las cinco ediciones anteriores de este certamen. Durante el acto algunos de los finalistas y ganadores de las pasadas ediciones han dado lectura a fragmentos de sus creaciones, como el cacereño y ganador de la cuarta edición, Vicente Rodríguez Lázaro con ‘El paseante’ o la finalista Consuelo del Río con ‘¿Y tú qué ves?’  Asimismo, se han dado a conocer las bases de esta nueva edición: podrán concurrir los autores mayores de 18 años y escolares de 1º a 4º de ESO. El tema tendrá como protagonista o eje central a Cáceres, a través de su historia, sus gentes, sus personajes históricos, las plazas, calles, edificios y casas solariegas del propio conjunto monumental. Se establece un premio por importe de 600 euros para los mayores de 18 años y un premio de 300 para los escolares de 1º a 4º de ESO. El plazo para la presentación de los trabajos finalizará el 7 de octubre de 2016.

Por la tarde, el periodista deportivo de El Periódico Extremadura, Javier Ortiz, ha presentado su libro ‘101 historias del boom del basket español’ una recopilación de 101 ‘curiosos relatos sobre los años que trasformaron el baloncesto (desde 1980 hasta 1999) de un deporte no precisamente mayoritario a el segundo más importante del país’. Ortiz declara que estamos ante un “libro divertido”, que puede arrancar más de una sonrisa, que no pretende con él hacer una enciclopedia de este deporte, sino contar lo que ocurría detrás de los partidos y recopilar anécdotas y momentos especiales algunos desconocidos por el gran público. Nos comenta que su inspiración para crear esta publicación fue una anterior llamada, ‘101 Historias NBA. Relatos De Gloria Y Tragedia’, que le llevó a proponerle a la Editorial JC el proyecto de esas 101 historias pero con sabor nacional. Entre estos relatos hay hueco también para el baloncesto regional y la mayoría del material que podemos leer en el libro es inédito y creado expresamente para él por parte del autor. Por último, puntualiza Ortiz que ‘101 historias del boom del basket español’ ha sido lanzado con una proyección nacional aunque creado desde Extremadura.

Después a las 19:45h. la Presidenta de la Diputación de Cáceres, María del Rosario Cordero Martín ha presentado una publicación editada por la Institución Cultural El Brocense. Se trata de ‘El cementerio alemán de Cuacos de Yuste (Cáceres)’ de los investigadores José Carlos Violat, Agustín Ruzafa y Francisco Javier Verdú. Un libro basado en tres líneas de investigación distintas pero que confluyen en estas páginas para hablar sobre el origen y la construcción de este cementerio y sobre las historia de los militares que allí reposan en paz. Según nos cuenta José Carlos Violat, el origen de este camposanto se sitúa en el año 1966, cuando la Volksbund, Comisión para el cuidado y mantenimiento de tumbas militares alemanas, decide centralizar en un solo lugar, el casi dos centenares de tumbas de soldados, aviadores y marinos alemanes fallecidos durante la I y II Guerra Mundial, enterrados en España.  Los motivos para elegir la finca El Ronquillo para su ubicación fueron tres: su cercanía al Monasterio de Yuste, la apacibilidad del lugar y el robledal que se encontraba sembrado en el terreno, ya que el roble es un símbolo muy relevante para el ejército alemán. Finalmente las obras de esta necrópolis culminaron en 1983 con su inauguración por parte del gobierno alemán. Por último, el investigador José Carlos Violat aprovecha para aclarar por qué no debe llamarse cementerio nazi a este cementerio militar con la siguientes palabras: “la mayoría de los militares eran soldados de leva, alistados como voluntarios buscando aventura o engañados por la propaganda del gobierno de la época, o reclutados forzosos según las necesidades de la guerra y no nazis, que son aquellos fanáticos afiliados al partido nazi”.

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