José Antonio Leal Canales plantea la educación como problema en “El cuaderno de Zineb"
La jornada del domingo de la Feria del Libro ha finalizado con presentación del libro “El cuaderno de Zineb” del escritor cacereño José Antonio Leal Canales, ganador de premios como el Francisco Casanova o el Felipe Trigo, entre otros, que ha contado con un público que ha llenado la carpa de autores.
La novela trata de la historia de una adolescente árabe en un instituto español que intenta adaptarse a una nueva vida y superar las dificultades que día a día se le plantean, así como de las relaciones de los alumnos y de los profesores, de las rivalidades entre ellos, de la débil frontera que puede separar el afecto o el amor del odio, dependiendo en muchos casos de los éxitos y de los fracasos.
Inspirándose en algunas de las vivencias personales que el propio escritor tuvo en los inicios de su carrera como docente en Santa Cruz de Tenerife, y más concretamente en un barrio marginal de la ciudad, Leal Canales cuenta una historia que solo pertenece a la ficción ya que “nada pasó en la realidad”.
Para el proceso de creación de “El cuaderno de Zineb”, la idea surge en la mente del escritor por la conjunción de dos elementos: una imagen y un recuerdo profesional. La imagen es la de Sharbat Gula, una niña fotografiada en un campo de concentración de Afganistán que se publicó en los años ochenta en la revista National Geographic, y el recuerdo el de una alumna árabe que tuvo que volver a su tierra para casarse con un hombre mayor, con el que sus padres la comprometieron apenas nacer.
La novela plantea la educación como un problema, cuando un profesor de instituto es destinado en la isla y ha de enfrentarse en su primer año de trabajo con un curso conflictivo. Están presentes ya los problemas educativos que treinta años después siguen sin resolverse, como la integración de ciertas minorías étnicas, la inmigración, el desarrollo de diferentes planes educativos mediatizados por el color político.
En este sentido, Leal Canales ha explicado que las enseñanzas “apenas” han cambiado en estos últimos treinta años mientras que en otros ámbitos se ha evolucionado muy deprisa. “Aunque ahora tenemos ordenadores, los contenidos y la metodología siguen siendo los mismos, por lo que necesitamos un consenso educativo del que salga una verdadera reforma educativa que valga para todos”, ha añadió.